Peligra la salud de las personas mordidas por serpientes ante la escasez de suero antiofídico en Venezuela

El pasado 11 de mayo murió Jesús Akche, un joven Yukpa de 12 años,  mordido por serpiente mapanare cuando se bañaba en el Río Shakuma, en el caserío indígena de Santa Catalina, a seis horas de la misión del Tokuko.

Por falta de gasolina, no fue llevada al hospital a tiempo sino hasta el otro día que una moto lo trasladó hasta el ambulatorio del Tokuko pero no tenían el suero antiofídico.

El adolescente recorrió otros tres centros asistenciales: el Hospital Nuestra Señora del Carmen de Machiques, el Hospital Chiquinquirá y el Hospital Universitario de Maracaibo. Ninguno poseía el antídoto contra la mordedura de culebras.

Por su parte, Sharoi Yoaleidy Gil Barriios, una adolescente de 14 años, quien fue mordida por una serpiente tigra mariposa el pasado domingo Día de las Madres, le amputaron la pierna derecha.

La menor fue atacada por la culebra en su casa, ubicada en San Rafael de Carvajal del estado Trujillo cerca de las 8:00 p.m. Inmediatamente, la llevaron al Hospital Universitario Dr Pedro Emilio Carrillo de Valera, donde estuvo en Cuidados Intensivos, pero no pudieron suministrarle el suero porque no había.

Su padre Yonathan Gil le consiguió el suero antiofídico 72 horas después de la picadura, ocurrida el 10 de mayo, pero ya era demasiado tarde para evitar daños mayores.

El sábado 16 de mayo la ingresaron a pabellón y le amputaron la pierna.

“Tengo mucho dolor. Si en el hospital le hubieran colocado el suero antiofídico a mi niña, no le hubieran amputado su pierna”, expresó el hombre, quien pidió ayuda al Gobierno para conseguir una prótesis para Sharoi.

No lo están elaborando

El capitán Luis Contreras de los bomberos INEA, señaló que la escasez de suero antiofídico no es solo un problema de Venezuela, sino en todo el mundo.

Indicó que en los últimos dos meses se ha reportado unos 36 casos de mordeduras de serpiente en diferentes estados, de los cuales murieron cinco personas.

Resaltó, que la  industria farmacéutica mundial no está elaborando los sueros antiofídicos por los altos costos de producción y porque no es rentable.

El Capitán Luis Conteras experto en serpientes y en mordeduras de estos animales manifestó que una ampolla cuesta en el mercado común unos 150 dólares y se usan de cinco ampollas hasta 25, dependiendo del caso.

En reiteradas oportunidades ha manifestado su preocupación por el vía crucis que deben padecer los familiares para conseguir el suero antiofídico el cual no se consigue en las zonas apartadas de todo el país, si ocurre una mordedura los familiares comienzan a buscar donde llevar el paciente.

VF

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