Colombia. Venezolano dice que mató a adolescente para robarle el celular y comprar zapatos a su hijo

Durante la audiencia de medida de aseguramiento, el caraqueño Pedro José Trujillo Pérez, aceptó haber asesinado a la joven Nickol Valentina Rodríguez, para robarle el celular, el pasado jueves en la tarde en Bucaramanga.
Además del hecho en sí, el innecesario homicidio de una colegiala de 15 años de edad, en Bucaramanga -por parte de un venezolano-, nuevos elementos parecieran remover la indignación de los neogranadinos.
Durante la audiencia de medida de aseguramiento, el caraqueño Pedro José Trujillo Pérez, aceptó haber asesinado a la joven Nickol Valentina Rodríguez, para robarle el celular, el pasado jueves en la tarde.
Él fue capturado el viernes. En el tribunal, justificó el asesinato afirmando que quería vender el celular para comprarle un par de zapatos a su hijo que está en Venezuela.
“Pedro José Trujillo Pérez reconoce haber realizado este hecho y que estaba necesitado, que tiene un hijo en Venezuela por quien tiene que responder, pero que está arrepentido”, aseguró la fiscal del caso.
Durante la audiencia, el hombre había narrado el momento exacto en el que había atacado a Nickol.
“En el interrogatorio él contó que había visto sola a la niña en el túnel, la abordó y la cogió por el cuello, que ella alcanzó a soltarse, volvió y la cogió del cuello y la apuñaló en el cuello y otra que no recuerda dónde y huye. Que cuando se fue la niña aún estaba de pie”, contó la fiscal.
Nickol Valentina Rodríguez, estudiante del colegio Normal Superior de Bucaramanga, falleció luego de recibir tres puñaladas en el túnel de este intercambiador del Mesón de los Búcaros. Aunque la joven fue trasladada al Hospital Universitario de Santander, murió sobre las 12:15 de la madrugada del viernes.
Un mensaje de una supuesta hermana de Trujillo, publicado en un portal informativo de Bucaramanga, en el que defiende a capa y espada al caraqueño, e incluso justifica el crimen de la quinceañera, encolerizó tanto a colombianos como a venezolanos, que lo leyeron.