3 de octubre: Día del vecino

Hoy, sábado, 3 de Octubre y como todos los años desde 1981, se celebra en el ambiente comunitario de Venezuela  el  “Día del Vecino”.  La celebración de esta fecha pasa generalmente casi inadvertida, no porque carezca de importancia; sino más bien por las condiciones sociales y políticas que atraviesan sus partidarios y promotores.

Vecino es sinónimo de cercano, próximo o inmediato, de acuerdo al diccionario. Pero vecino no es tan sólo vivir cerca, lo que comúnmente se cree, sino también es estar cerca, no sólo física sino afectivamente. Es estar junto al otro en cuerpo, mente y espíritu; poder lograr como comunidad proyectos y trabajos conjuntos, pasando de las posiciones individuales y particulares a los intereses comunes.

 Cabe resaltar que cada país ha establecido el Día del Vecino de acuerdo a algún logro destacado por parte de vecinos organizados.

En el caso de Venezuela, esta celebración tiene su origen en homenaje a la mayor movilización vecinal realizada en el país,  hace 38 años, , cuando en 1981, las comunidades organizadas de Caracas recogieron ese día más de 20.000 firmas contra la Ordenanza AE, del Concejo Municipal de Petare: Ordenanza del Sureste o de la Hoya Baruta-El Hatillo.

Aunque el Consejo de Petare no acogió ninguna de las solicitudes, los vecinos del Sureste, mantuvieron durante casi tres años la movilización ciudadana inicial a través de una serie de eventos, lográndose al fin con la inestimable colaboración de varios concejales que el 23 de enero de 1984 se aprobara una ordenanza para el Sureste de Caracas, que por primera vez en el país recogía dos importantes logros: Condicionar el desarrollo urbanístico a la aparición de los servicios públicos e incorporar la figura de la participación vecinal en la toma de decisiones urbanísticas.

En Venezuela, las asociaciones vecinales han desaparecido casi totalmente (pese a ser recogidas en el marco constitucional vigente y en otras leyes). Sin embargo, en el país el movimiento vecinal en los últimos años fue cooptado por mecanismos de “participación tutelada” por el Estado como lo son los consejos comunales. En tal sentido, la dependencia a este reconocimiento estatal ha originado que el movimiento vecinal haya perdido o limitado su primera cualidad como es su autonomía y, en consecuencia su capacidad de incidencia pública.

Mientras que las organizaciones sociales temáticas (ONG’s) se han venido convirtiendo en una alternativa de organización ciudadana con más “independencia” a la presión estatal y, por lo tanto, con mayor capacidad de realizar incidencia pública y contraloría social sobre la gestión de gobierno de las agencias estatales.

 Al movimiento vecinal venezolano le corresponde desempeñar un papel crítico y creativo; tanto en la lucha por mejorar su calidad de vida como en la defensa de la democracia, la descentralización y por supuesto, la autonomía municipal.

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