Sigue la tensión en Petare. Reina el temor,el horror y la impunidad

Las balas no saben de horario. A plena luz o cuando cae la noche comienzan las ráfagas de armas de alto calibre que someten a los habitantes de Petare al encierro. Aunque durante los últimos cinco días los enfrentamientos de bandas rivales por el control de la zona han sido más intensos, vecinos reportan que la disputa comenzó el 15 de marzo.

Detalles son dados a regañadientes por miedo. Aparentemente integrantes de las bandas de Wilexis y El Gusano miden fuerzas y buscan desplazarse arrebatando el control territorial. Hay heridos que nadie reporta y mientras las balas siembran el terror, la vocería de Maduro sigue muda sobre este tema.

«Una semana completa de plomo y los policías no aparecen» nos escribió un habitante de La Bombilla, que desesperado pidió hacernos eco del terror al que están sometidos. Las detonaciones en zonas populares desgraciadamente forman parte de la rutina, sin embargo la magnitud de esta batalla ha convertido miles de hogares inocentes en trincheras.

Resguardarse  detrás de pipotes de agua, arrimar la nevera hasta la puerta son algunas de las medidas. «Hasta el hambre se nos olvidó, nos toca cuidar la vida» dice Carmen, una mujer que vive junto a su hijo con discapacidad motora en el barrio José Felix Rivas.

«Yo meto a mis hijos debajo de la cama. Gritan y lloran desesperados. Mi esposa reza y nos encomienda a Dios y nos toca poner los colchones en el piso» dice José. El hombre cuenta que creció en el barrio y que los niveles de inseguridad ahora son mucho más extremos.

La impunidad en Petare reina mientras la gente padece «el valle de balas».

La información que manejan es que delincuentes de otras zonas como Mariche, San Miguel o Carpintero llegan a José Felix Rivas a imponer su ley. Bajo amenaza sacan a familias de sus casas para ellos enconcharse y realizar emboscadas. Comentan que la actividad comercial se afecta pues el cierre de negocios es inminente.

Otras versiones señalan la rivalidad de Wilexis, quien funge como juez de paz de la zona y El Gusano quien salió recientemente de Tocorón se pelean el pranato en Petare con financiamiento en armas y vehículos presuntamente de algunos funcionarios del gobierno.

La oscuridad reina, la orden es apagar la luz. En video se escuchan 20 o 30 segundos de tiros pero la balacera se extiende por horas. Minutos eternos que se convierten en desvelo. «Ya ni en tu casa estas seguro». El ruido en techos y ventanas ensordece. Se quiebran vidrios y se escuchan gritos de terror. Así son las noches en Petare desde hace 5 días.

«De donde salen esas armas» se pregunta Cristian, otro vecino. El tiroteo del domingo empezó a las 9 de la noche y las dos de la madrugada explotaron dos granadas. «Tenemos miedo, no tenemos cómo proteger a nuestra familia más allá meternos como topos debajo de la cama. Se escuchan ráfagas muy fuertes de armas largas».

No es normal para un país ver a hombres aún muy jóvenes pasearse con el armamento colgando de sus hombros. Son niños que demuestran su poder y se ganan lugares en la organización según la violencia que muestren. En Venezuela se han prometido soluciones que jamás llegan.

Planes de desarme y más de 25 dispositivos de seguridad sin resultados. Pareciera que al hampa no se le toca ni con el pétalo de una rosa. Hoy la noticia es Petare, pero en Caracas las redes están inundadas de los rostros de muchos de estos sujetos que se abrigan en la impunidad para cometer sus fechorías e incluso reclutar a más personas para aumentar sus células en comunidades más pobres.

La rivalidad de organizaciones criminales que exhiben su poderío se ha escuchado también en zonas como La Urbina y Palo Verde. El eco de un terror que opera con la complacencia e inacción de cuerpos de seguridad. Vidrios rotos y restos de balas circularon en redes sociales. Fotografías que fueron tomadas por los afectados, que claman a las autoridades poner freno a crimianles que siembran el horror en el lugar.

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