Recordamos la Batalla Naval del Lago de Maracaibo

En una batalla que selló la independencia de Venezuela definitivamente, un 24 de julio de 1823 el Almirante José Padilla lideró una incursión marítima que terminó en el lago de Maracaibo.

A ese hecho se le denomina, la Batalla Naval del Lago, un hecho bélico, que si bien es cierto no se le da ese carácter definitorio, si logró la libertad absoluta de la provincia de Maracaibo, por lo que a los zulianos revierte una importancia histórica cultural.

Con cinco bergantines, siete goletas, y otras diecisiete embarcaciones más. El 24 de julio de 1823, Padilla logró alzarse victorioso frente al castillo de San Carlos, con lo que se apoderó del lago, siendo despedazada y humillada la escuadra española, lo que derivó en la capitulación del mariscal de campo Francisco Tomás Morales el 3 de agosto siguiente.

Por su triunfo en Maracaibo, Padilla fue ascendido a general de división, se le otorgó una medalla de oro y una pensión anual de 3.000 pesos, compensación inferior a la que recibieron la mayoría de jefes militares participantes en la campaña libertadora, que eran nombrados en altos cargos tras sus acciones, lo que sin duda era causado por su origen pardo.

​La derrota de las fuerzas españolas en el Lago fue seguida por la capitulación y entrega de la ciudad de Maracaibo, que había sido ocupada por los realistas en septiembre de 1822 tras la batalla de Salina Rica. Como consecuencia de esta victoria se consolidó definitivamente la independencia de las antiguas colonias españolas de la Nueva Granada y Venezuela, agrupadas bajo la denominación de República de Colombia, quedando como último reducto realista en los territorios independizados la plaza de Puerto Cabello.

En Colombia y Venezuela, la batalla se conmemora cada 24 de julio como el Día de la Armada Nacional de Colombia y de la Armada Bolivariana.

Los Hechos

Los patriotas permanecieron en vela hasta el anochecer cerca de Bella Vista, donde fueron a atracar en Los Puertos de Altagracia, formando en línea paralela a la costa oriental y enviando fuerzas sutiles (naves menores) hasta Punta de Piedra.

En cambio, Laborde descendió a tierra y se entrevistó con Morales en Atillo. La discusión fue feroz y quedó desechada la idea de un ataque combinado por la escuadra y el ejército. Acordaron verse nuevamente a la mañana siguiente en La Hoyada. Ahí pasaron las primeras horas del día.

Al amanecer del 24 de julio Padilla se reunía con sus oficiales para determinar el orden de las naves. El Marte a barlovento de la línea y el Independiente a sotavento, este último también era el insignia.

A las 11:00 horas el viento empezó a soplar desde el nordeste y la marea estaba a su favor. A las 14:00 Padilla manda a la flota sutil marchar al oeste para atacar el flanco norte del enemigo, 20 minutos después se daba la señal de velar y a las 14:28 formaban para atacar de frente a la flota realista.

Entre tanto, Laborde daba órdenes de rechazar el previsible ataque a cualquier precio, dispuso que la Especuladora fuera su insignia y se dirigió al norte, a la punta Capitán Chico, para mandar a su fuerza sutil que impidiera el flanqueo de su contraparte patriota. Ambas son las primeras en entrar en combate pero Laborde rápidamente comprendió que sus naves eran principalmente de transporte, inútiles ante sus contrapartes.

A las 15:15 Padilla hace izar la señal de abordaje en el palo mayor del barco insignia y dejándola así después que las demás naves contestaran afirmativamente. Ahora el comandante de cada barco quedaba en libertad de acción para tomar las decisiones que considerara oportunas según las circunstancias.47

A las 15:17 empezaba el avance de la principal flota republicana y a las 15:45 Laborde inicia el fuego de cañón y poco después el de fusilería. Sabiendo que sus naves eran menos maniobrables dadas las condiciones, el español decidió esperar a Padilla. Rápidamente el humo de la pólvora fue contra los monárquicos, que quedaron ciegos y empezaron a disparar al azar.

Los republicanos se aproximaron para abrir fuego y cuando estaban a distancia de los baupreses iniciaron el abordaje. El Independiente captura al San Marcos, el Confianza a una goleta, el Marte enfrenta a las goletas Mariana, María y Rayo, la Emprendedora ataca a la Esperanza, cuyo comandante la hace volar en pedazos para evitar la captura, la Manuela Chitty y la Leona enfrentan a la Habanera, la Liberal y la Zulia.

Desde esta última abordan a la Antonia Manuela. Mientras, la población marabina observaba la lucha desde las barriadas del Milagro y la Cotorrera.

Cuando se dio cuenta de la derrota, Laborde intento organizar la retirada pero ya era tarde, casi toda su escuadra fue echada a pique y solo consiguieron la Zulia (muy maltrecha), la Especuladora y dos flecheras huir del Lago hacia Puerto Cabello. A las 18:45 los republicanos dejaron de perseguirlos.

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