Antonio Urdaneta: «Compromiso de Todos»

Se podría decir que han transcurrido cuatro meses del presente año; sin embargo, aunque parezca inexplicable, lo único que sabemos los venezolanos sobre el comportamiento de los partidos políticos democráticos y el de sus dirigentes, es que se están preparando para participar en un proceso de elecciones primarias propuesto por la sociedad civil, pautadas para realizarse en octubre próximo.

Nadie sabe todavía con exactitud quiénes atenderán ese llamado, que es también el clamor popular.

Hasta este momento, a pesar de que ya se ha perdido la tercera parte del año, lo único que está a la vista es la inacción y la ausencia del trabajo organizativo que demandan los retos democráticos que está reclamando Venezuela, herramienta imprescindible para poder competir exitosamente en los compromisos que se avecinan y que están allí en el horizonte cercano.

Es obvio que en este tipo de activismo, el régimen tiene sus ventajas, las que aprovechará sin escrúpulo alguno.

Las organizaciones partidistas opositoras, más que una brasa, tienen un tizón en sus manos. Usar inadecuadamente el fuego, puede producir quemaduras con tendencia a causar daños irreversibles en el cuerpo ya bastante maltratado de la democracia nacional.

Cuanto más tiempo se retenga el brasero en las manos, mayores serán las consecuencias por efecto del ardor. Ya cuatro meses es un período que raya en la imprudencia. Que suelten las brasas y se ocupen de los problemas que ameritan solución urgente, es lo que pide y espera el país de quienes tienen la responsabilidad de justificar con hechos su presencia en el escenario político democrático.

En el mismo sentido resulta obligante cuestionar la conducta de algunos líderes partidistas que actúan de espaldas a lo que debería ser el propósito unitario común de toda la oposición. ¡Absolutamente toda! Al respecto, el país tiene que mantenerse alerta, con óptima audición y los ojos bien abiertos.

Hay que seguirle los pasos sobre todo al liderazgo democrático, pues de lo que haga y logre esta dirigencia política, sindical, empresarial, universitaria, religiosa, militar, entre otros, depende la suerte de Venezuela y, por supuesto, de los venezolanos. ¡Un paso en falso que se produzca en cualquier sector social, podrá generar sospechas innecesarias! ¡El compromiso es de todos, y quien lo eluda hay que considerarlo como cómplice del régimen!

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