Justo antes de su presentación en el anfiteatro de El Hatillo, funcionarios del Seniat lo abordaron y le impidieron su presentación por presunta evasión de impuestos.

Listo para regresar a los escenarios después de 14 meses retirado de los escenarios. ¿La razón? Estaba de reposo debido a un cáncer de colon que le diagnosticaron en junio del año pasado.

Nadie, salvo amigos y familiares, conocían el motivo de su ausencia. Él tampoco quería hacer de su enfermedad una noticia.

Pero el Seniat decidió cortar el regreso a escena de uno de los humoristas más reconocidos del país, hoy sobreviviente de un cáncer. El organismo alegó que Lovera no había declarado impuestos el último año.

“Les parecía extraño que yo me hubiera declarado sin actividad durante tanto tiempo”, explica el humorista, quien no quiso hacer pública la enfermedad, de la que ya está recuperado, para no generar lástima y así evitar que la gente lo mirara diferente.

“Creo que el artista con cáncer se ve distinto después de la enfermedad. Me da la impresión de que la gente lo ve de otra forma. Quiero que la gente siga yendo a mi espectáculo, que es lo único que puedo hacer en Venezuela.

No trabajó en televisión ni en radio. Solo quedan las redes sociales o los eventos en vivo. Pero que vayan por la misma razón que han ido siempre: para reírse, disfrutar y gozar un puyero. No para ayudarme. Porque el día en que yo sienta que el público no sale gratificado, no trabajo más”, dijo a el diario El Nacional.

El 19 de agosto, la socia de Lovera se dirigió al organismo y le repitieron lo mismo que en el teatro. A pesar de que les explicaron a los funcionarios que había estado en recuperación, insistieron en que la orden era cerrar el show. “Cuando se les daba una razón y no podían contestar, decían que estaban cumpliendo órdenes”, contó.

No es la primera vez que el humorista, creador de personajes icónicos como Gustavo el Chunior o Perolito, es víctima de la censura. Hace cuatro años le prohibieron presentarse en los espacios de la cadena hotelera Venetur. Y hasta recuerda una anécdota sobre los intentos por callarlo: “Una vez botaron, por asomar mi nombre, a una secretaria del IVSS de una reunión para definir qué se iba a hacer el Día de la Secretaria. Era una época radical. No sé qué tanto ha mejorado”.

Por eso el humorista advierte que es obvio que la suspensión de su presentación fue por motivos políticos. “Nosotros transitamos por un aeropuerto por el que pasan 40 maletas con millones de dólares por narcotráfico, pero a mí me pararon una vez por una alfombra de carro. ¿A qué crees tú que se deba eso? Aquí hay gente que tiene cuentas en Andorra, funcionarios a los que se les cae un papelito del cajero y tienen 750 millones de dólares y tienen 2 años trabajando. Pero entonces van contra el que dejó de cotizar porque se enfermó. Creo que es obvio”.

El Nacional