El terror nuevamente se apodera del municipio Santa Rita,  luego que de varios disparos en diferentes partes de su cuerpo, fue acribillado por sicarios a bordo de una moto un reconocido y estimado comerciante de esta localidad en la Costa Oriental del Lago .

Eran las 10 de la mañana del martes 10-D, cuando  Isaías Alberto Olarte Loaiza, de 72 años, un comerciante dedicado a la importación y venta de artículos de línea blanca, así como de parte automotrices con lo cual formó su patrimonio económico y levantó a su familia, fue víctima de la acción hamponil;  dos hombres a bordo de una moto lo abordaron cuando se encontraba en la casa 168 avenida 2 con calle Carabobo, del casco central de la localidad y sin  mediar palabras, le dispararon varias veces, para luego huir de la escena del crimen.

Las fuertes detonaciones alarmó a los vecinos y familiares del comerciante que yacía tirado en el piso de la vivienda totalmente ensangrentado, lo trasladaron de inmediato a un centro asistencial de la localidad donde ingresó sin signos vitales.  

Isaías Alberto Olarte Loaiza, se pudo conocer que se encontraba residenciado en la capital zuliana luego que sus hijos se trasladaron a otras fronteras en vista del estado de inseguridad que reina en el municipio Santa Rita , sometido por delincuentes cobra vacunas y extorsionadores. Sin embargo, el amor a su terruño lo llevó a visitar algunos familiares sin pensar que la muerte lo esperaba en manos de estos sicarios.

Al lugar de los hechos hizo acto de presencia funcionarios de la División Contra Homicidios del Cicpc para iniciar las investigaciones de rigor y esclarecer los hechos, aunque todo apunta al sicariato.

Mayor presencia policial

La muerte de este reconocido comerciante causó tristeza dentro de las comunidades del municipio Santa Rita, era muy querido y apreciado en el municipio, fue un hombre de trabajo, que con mucho esfuerzo  salió adelante y levantó a su familia.

 Habitantes de la calle Carabobo manifestaron que es hora que se tomen cartas en el asunto, Santa Rita se ha convertido en un pueblo sin ley, desolado y desierto, ya nadie puede estar a ninguna hora del día en la calle, la actividad comercial está prácticamente paralizada.

Los vecinos le hicieron un llamado al gobernador y a los cuerpos de seguridad a que se mantengan los patrullajes permanente las 24 horas del día.