Dr. Alirio Figueroa: Sobre la responsabilidad

Siguiendo con mis reflexiones, hoy me referiré a la responsabilidad. Ella es un valor que está en la conciencia de la persona que estudia la Ética sobre la base de la moral.

Una persona se caracteriza por su responsabilidad porque tiene la virtud no solo de tomar una serie de decisiones de manera consciente, sino también de asumir las consecuencias que tengan las citadas decisiones y de responder de las mismas ante quien corresponda en cada momento.

La responsabilidad, es la base de casi todos los actos que realice una persona, porque sin responsabilidad no hay seguridad, se pierde la tranquilidad y viviríamos como en un barco sin capitán y sin quien respondiera por las labores a realizar; estaríamos como se dice en el argot popular, como el viento y el azar.

Con la responsabilidad tenemos la obligación de responder, reconocer y aceptar un hecho o asunto por hacer, asumiendo las consecuencias de su resultado o de su omisión, así trátese de hechos materiales o inmateriales. El famoso político ingles Winston Churchill, decía: “El precio de la victoria es la responsabilidad”.

De manera que la misma es de suma importancia en las actuaciones nuestras y como se dice que el hombre es un animal de costumbre, entonces hagamos la responsabilidad una costumbre. Leyendo sobre este punto me he conseguido con dos anécdotas que me parece interesante citarlas.

Se ha dicho que por la ligereza e irresponsabilidad de un herrero se cambió la historia de Europa, cuando este entrego el caballo al Rey Ricardo III de Inglaterra con un clavo menos en una de sus herraduras y cuando este Rey libro una batalla contra el invasor el llamado Conde de Richmond, en plena batalla se cayó porque el caballo tropezó y entonces el rey pronuncio el famoso grito de “Necesito un caballo; cambio mi reino por un caballo”.

De esa irresponsabilidad al parecer sin importancia, quedo el siguiente verso: “Por falta de un clavo se perdió una herradura, por falta de una herradura, se perdió un caballo, por falta del caballo, se perdió una batalla, por falta de una batalla se perdió un reino, y todo por falta de un clavo de herradura”.

La otra anécdota se refiere a la importancia de la responsabilidad del soldado griego que corrió, sin descanso 40 km desde Maratón, provincia de Ática, hasta Atenas para informar la extraordinaria victoria del Rey Milcíades sobre los persas en el año 480 AC; y que cuando llego exclamo: “Vencimos”, y cayó muerto«.

Nada, excepción hecha de su entusiasmo y propio sentido de responsabilidad lo obligaba a esa hazaña en cuyo honor hoy se practica la prueba de maratón, de 40 km en los juegos olímpicos. En conclusión en la vida tenemos que ser responsables para obtener triunfos seguros.

Dr. Alirio Figueroa

Individuo de número de la Academia de Ciencias Jurídicas del Estado Zulia.

Deja un comentario